Sobre las díadas culpa-redención y memoria-olvido

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Vi “Magallanes” (Perú, 2015) dirigida por Salvador del Solar (su ópera prima) y con un buen reparto encabezado por el gran Damián Alcázar. Lo acompañan: Magaly Solier, Federico Luppi, Christian Meier, Bruno Odar y Jairo Camargo, entre otros. La película narra la vida de Magallanes (Damián Alcázar), taxista informal que apenas sobrevive en Lima, quien se encuentra por casualidad con Celina (Magaly Solier), a quien conoció cuando ella era una niña y él un soldado en la guerra civil contra Sendero Luminoso, en Ayacucho. La película, lo digo de entrada, está muy bien. Sus componentes (fotografía, dirección artística, ambientación, sonido, etc.) funcionan correctamente para presentar un buen producto, entretenido a la vez que motivador de todo tipo de reflexiones. Resalto, desde el aspecto formal, el guion que permite adentrarnos en una tragedia con sabor latinoamericano, a la vez que unos actores protagónicos que logran transmitir la esencia de sus personajes. Pasando a temas reflexivos, el filme sirve de aliciente para pensar problemas actuales de muchos países de la región, como lo son el conflicto armado, pero más que ello las consecuencias que él genera a futuro en quienes lo padecieron. Así, las díadas culpa-redención y memoria-olvido son las verdaderas protagonistas de la cinta, y el tratamiento que se les da (a pesar de algunos vericuetos que seguro se agregaron para darle mayor efectismo comercial, como el complejo plan de Magallanes para ayudar económicamente a Celina), logra cautivar al espectador al exponerle una buena tragedia, en su sentido más estricto: la tragedia que supone enfrentarnos a nuestros propios fantasmas, a nuestro lado más oscuro, aquel que creíamos ya olvidado. Lo que no puedo perdonarle (ahora que hablamos de perdón) a la película es el craso error jurídico de considerar que el secuestro es un delito querellable por lo que, si la víctima lo pide, no habría acción penal contra el secuestrador. También me pareció algo acartonada, que genera más dudas que soluciones, la salida final planteada de una Celina que acude a la policía. Pero salvo estos aspectos, el balance final es bueno. La recomiendo, en especial por la pertinencia en sociedades de posconflicto. 29-03-2017.


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