Sobre la política como mercadeo

www.filmaffinity.com
Vi “The Candidate” (El Candidato, 1972, USA), dirigida por Michael Ritchie (1938-2001) y escrita por Jeremy Larner. El director hizo carrera en las comedias light de Hollywood, pero su experiencia no cae mal para el drama que ahora comentaré pues hay fuertes elementos satíricos en esta cinta. El reparto es maravilloso: Robert Redford, Peter Boyle, Melvyn Douglas, Don Porter, Allen Garfield y Karen Carlson. Todos reconocidos actores de su momento y alguno de los cuales hoy día sigue brillando. La película narra la vida de un joven abogado, líder social, que es seducido por la política y hace campaña para ser elegido como senador federal demócrata por el Estado de California. La cinta es todo un clásico del cine político (tema del que me he ocupado un par de veces) puesto que narra varios aspectos dramáticos: i) como el candidato progresista poco a poco va perdiendo su identidad hasta volverse una marioneta del sistema: ii) el modelo electoral estadounidense donde las campañas, con su estricto control sobre lo que hay que decir, terminan por separar lo que se dice con lo que se hace, la imagen con la realidad, lo que terminará por generar un masivo descontento del electorado que estallará tarde que temprano (como sucedió en las últimas elecciones estadounidense); iii) la hipocresía y excesiva mercantilización de la política, a un punto tal que el discurso político se limita al mercadeo, por lo que elegir un candidato es, como lo dice el filme, escoger entre las diferentes marcas de champú. Además de mostrar esa paulatina transformación de un joven con ideales, que hace campaña convencido que perderá (lo que le da libertad para decir lo que quiera), en un político buscador de votos y con un lenguaje aséptico que le permite ganar elecciones, también refleja la incesante velocidad y estrés de una campaña… el director supo expresar con todo lujo (incluso con la música y el sonido incidentales) muy bien esos ambientes incesantes y frenéticos de una campaña, que hoy día será algo peor con los celulares y la tecnología. Entonces, estamos ante una cinta de inigualable valor para un foro de filosofía política, pues con base en ella se puede extraer importantes conclusiones sobre el valor de la democracia estadounidense (marcado por su individualismo-historicismo), el sistema electoral (con sus excesivas campañas que se exportan a América Latina), las relaciones entre la moral pública y la ética privada, la disociación entre lo que se dice y lo que se hace, el gobierno de los mass media en las elecciones y la lucha sin reglas entre campañas en una atmósfera darwiniana. La recomiendo, pues, por lo ya señalado. 13-11-2016.


No hay comentarios

Leave a Reply