Hay un interesante artículo de Jean-Michel Dumay (pp. 11-13) sobre el Papa Francisco I, sobre su cercanía con la teología de la liberación pero también sobre los grandes poderes que hay en la curia que, fácilmente, logrará que el ánimo reformista del Papá quede como moderado.
Volvemos sobre el caso colombiano, con un trabajo de Philip Potdevin (pp. 14-15), que deja en claro cómo Colombia es un país enfermo de “patologías sociales”, siguiendo este concepto tal como lo entiende Axel Honneth. Más interesante es el artículo de Maxime Robin, “Ser pobre cuesta caro” (pp. 16-17) que expone los gastos directos e indirectos que asumen los pobres, lo que hace que, a pesar del imaginario común, la pobreza es más cara que la riqueza. En este sentido está la profunda reflexión sobre cómo los ricos compran un nuevo producto social: el privilegio, que en el fondo es comprar la garantía de no verse, no relacionarse, no interactuar con los “otros”: salas VIP, atención sin filas, espacios reservados para todas las actividades (incluso cárceles con privilegios), etc. Esto es un campo muy fecundo para análisis sociales.
Interesante el trabajo de Baptiste Dericquebourg (pp. 18-19) que analiza los conflictos internos de Syriza, la izquierda griega, en especial sobre qué tipo de convenio debe realizarse con la Unión Europea para salvar la economía del país heleno. También está un artículo denominado “La teorías de Laclau, inspiración de Podemos” (pp. 20-21) que expone y critica el populismo de esta agrupación de izquierda española, y encuentra su origen en Ernesto Laclau, quien planteó que la izquierda de futuro debe abandonar el concepto de “lucha de clases” y asumir, desde el discurso, una nueva visión colectiva e incluyente, de los problemas sociales.
Hay tres artículos sobre China, uno sobre la política monetaria (pp. 22-23), otro sobre el imaginario confuciano que está en la pase del sistema político (pp. 23-24) y, por último, otro sobre sus intereses en el Ártico el cual, una vez derretido, permitirá el transporte marítimo y acceder a grandes reservas de petróleo (p. 25).
Me llamó la atención el trabajo “La guerra de Plutón” de Pilar Lonzième (pp. 32-33) que señala las disputas académicas que han existido sobre si Plutón es o no un planeta y lo relaciona con la escalada mediática que ha existido sobre dicho cuerpo celeste por la zona de la NASA que acaba de visitarla (que porta las cenizas de su descubridor).
También está el artículo “Cuando el Western italiano hacía la revolución” (pp. 34-35) que analiza el famoso Western espagueti (como se le llamó a este género europeo de los 70), y sus implicaciones políticas de izquierda.
Termino mi reflexión con el artículo de Damián Pachón “Posconflicto, constitución social aristocrática y paz en Colombia” (pp. 36-37) que expone cómo el conflicto es necesario en cualquier sociedad, pero se trata no de evitarlo sino de asumirlo con madurez. Igualmente, el conflicto colombiano no será asumido con madurez hasta que no se observe con claridad que su origen está en la aristocracia que ha gobernado este país como se gobierna una finca o una hacienda, concepción que se remonta a las prácticas del ancestro español. 15-01-2016.
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