Vi “Im Labyrinth des Schweigens”, “Labyrinth of Lies” en inglés y comercializada en español como “La conspiración del silencio” (Alemania, 2014) dirigida y coescrita por Giulio Ricciarelli (recorrido actor italiano que está empezando a cosechar sus primeros éxitos en la dirección –esta es su 5ª película-). La película cuenta con un buen reparto Alexander Fehling (aplausos), Andre Szymanski, Friederike Becht, Johannes Krisch y Hansi Jochmann, entre otros. El filme narra la historia de un joven fiscal alemán que en los años 60 decide investigar los crímenes de guerra nazi en el campo de exterminio de Auschwitz, teniendo todo en contra, dado que existía un acuerdo implícito de dejar en el pasado aquellos hechos (una conspiración de silencio). Frente a los temas estéticos, la cinta es correcta. La banda sonora, el vestuario y las locaciones, algo rígidas y formales, son adecuadas a la trama. Las actuaciones son meritorias, en especial las del protagonista. Pero la fuerza de la película está en su historia (basada en hechos reales): se retrata la complicidad que se vivió en el posconflicto alemán con los nazis por el afán de “dejar en el pasado” lo que había sucedido. El filme, en este sentido, refleja con claridad (y por eso tiene un gran sentido pedagógico que la crítica no ha dejado de resaltar) sobre la toma de conciencia de las nuevas generaciones alemanas ante el “nunca más” (esto es, poner a la luz pública la era nazi para evitar que esta experiencia se volviese a repetir). Además, la película ofrece puntos de fuga con otras historias bien interesantes y que no pasaron desapercibidas para el cine, como lo fue la captura y el juzgamiento de Adolf Eichmann y la búsqueda infructuosa de Mengele. Claro está que la trama presenta momentos que generan incredulidad, como que el periodista amigo del fiscal hubiese confesado que sirvió como soldado durante la Guerra en Auschwitz (demasiada coincidencia) o la obsesión casi que psiquiátrica del protagonista con los hechos que investigaba. Pero salvo estos aspectos menores, esta cinta se perfila con claridad como importante para un ciclo de cine foro jurídico, por lo ya dicho, así como el asunto judicial de fondo: ¿hasta dónde son responsables los militares alemanes que participaron de esos terribles hechos en dicho campo de concentración? El fiscal propuso una salida: se juzgarían a los militares que sirvieron en ese destino y que se excedieron en sus órdenes y que voluntariamente causaron los hechos (postura conservadora para nuestros días, donde con solo haber estado ya se es cómplice, pero toda una revolución en esos momentos). Excelente filme que sirve de homenaje a los fiscales y jueces que, a pesar de las adversidades, se negaron a ser parte de la conspiración del silencio. 21-07-2015.
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