“Lost in Translation” (Perdidos en Tokio, 2003, Japón-USA)

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Vi “Lost in Translation” (Perdidos en Tokio, 2003, Japón-USA),
dirigida y escrita por Sofía Coppola (sí, hija de Francis Ford) que se ha convertido, con el paso del tiempo, en un película de culto. ¿Y qué la ha hecho tan famosa? Es una mezcla de muchas cosas, entre las que cuento, sin querer se exhaustivo, las siguientes: i) Una muy buena historia (no en vano el guion ha sido el que más premios se llevó); ii) Una historia muy real y creíble, tanto que parece que no es actuada (por ejemplo, el actor principal, Bill Murray, quien hace de Bob Harris, realmente se interpreta a sí mismo); iii) Hace reír (por eso está ahí Bill Murray) aunque no es una comedia en sentido estricto; iv) Retrata el amor con una tranquilidad y una suavidad que reconforta al espectador (para lo que fue fundamental la escena final: Bob le dice algo al oído a su amante, Charlotte, interpretada por Scarlett Johansson, pero el espectador no fue invitado a escucharlo). La dirección artística es adecuada y correcta. La fotografía es bonita, pero no atiborra al espectador para permitirle que siga la trama con gran naturalidad. Además, el gran reto de Murray fue no dejarse opacar por la sonrisa de Johansson quien, cuando se lo propone y cuando es bien dirigida, muestra que es una excelente actriz, como sucedió en este filme. Para reflexionar, los invito a centrarse en la última escena (donde Bob Harris le habla al oído a Charlotte y el espectador no se entera de lo que dijo): me encantó pues le recuerda al espectador que no tiene derecho a saberlo todo fruto de directores omnipresentes. Otro aspecto es que el filme refleja muy bien las dificultades de comunicación entre la cultura japonesa y los personajes estadounidenses, lo que generó situaciones cómicas pero a la vez recuerda las barreras que ponen no sólo los idiomas sino también las culturas misma para quienes son foráneos (de allí el nombre original de la cinta). Si bien el espectador se ríe, bien puede con base en ello reflexionar sobre lo que implica un cambio de idioma-cultura para los inmigrantes de todo el mundo. Pero en esta película, las grandes diferencias culturales no dan lugar a una mirada pesimista ni dolorosa por parte de los personajes que las padecen, sino que sirve de telón cómico a una buena y muy realista historia de amor. Es por esto que no estoy del todo de acuerdo con quienes la clasifican, sin más, como una comedia. La recomiendo. 05-02-2015.



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