Sobre cómo ser maniqueos sin aburrir en el intento (“The Wind that Shakes the Barley”, 2006, Irlanda)

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Vi “The Wind that Shakes the Barley” (“El viento que agita la cebada”, 2006, Irlanda) dirigida por el polémico Ken Loach y con guion de Paul Laverty. El filme narra la vida de dos hermanos que luchan como guerrilleros en Irlanda, en la década de los años 20 del siglo pasado, contra los soldados británicos, y luego del tratado de paz con Reino Unido (que dio lugar a la República de Irlanda) se enfrentan entre sí, uno apoyando el tratado y otro enfrentándolo. Pues bien, de lo que le he visto a Loach, creo que este es uno de sus mejores filmes. Los méritos saltan a la vista: i) Una exposición simple, sencilla, de las escenas, mucho más cercana a la cotidianidad; ii) Una muy buena banda sonora; iii) Es una cinta coherente con la línea de trabajo de Loach, tanto en sus temas (exposición política de las bondades del socialismo) como en sus formas (el manejo de cámara, los actores naturales junto a actores profesionales, etc.). Lo que sí no me gustó es su visión maniquea que reduce la complejidad política del conflicto por la independencia de Irlanda, a una visión de buenos (socialistas  irlandeses enemigos del tratado con el Reino Unido) vs malos (los no socialistas británicos e irlandeses). En este sentido, sería bueno explorar el otro lado, cosa que puede hacerse con la cinta “Michael Collins” (1996, Dir. Neil Jordan) que narra la postura del líder de los revolucionarios moderados (esto es, a favor del tratado). Dicho con otras palabras, me incomodó sentir que el director me imponía a la fuerza su punto de vista político. Ya le corresponde al auditorio crítico polemizar contra este discurso, con la ventaja que la misma película, en algunos momentos, da argumentos que permiten hacerlo. Entonces, el cine de Loach, a pesar de su marcado interés político formativo, es muy pertinente para ciclos de cine-foro, pues incita la reflexión crítica no sólo ante las injusticias que narra sino también ante la propia forma de narrar esas injusticias. Esta película, por dar un caso, permite cuestionar los problemas del posconflicto, donde suelen enfrentarse las posturas revolucionarias radicales con las moderadas. Generalmente, luego de una revolución exitosa, continúa una guerra civil que desune a los antiguos camaradas. La recomiendo, pues, con los matices ya señalados. 28-01-2016.


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