Sobre cómo el conjunto es algo mejor que sus partes

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Vi Allied (“Aliados”, EEUU, 2016), dirigida por Robert Zemeckis [1952- ], un director, guionista y productor demasiado comercial para mi gusto, responsable de varios de los mayores éxitos de taquilla de la industria (como la saga de “Back to the future”) y que, además, ha logrado algunas cintas memorables para la crítica, en especial “Forrest Gump” (1994), “Cast Away” (2000) y “Flight” (2012). Este filme del 2016 fue escrito por Steven Knight y el reparto es impactante: Brad Pitt, Marion Cotillard y Jared Harris, entre los más importantes. La película se encuentra a mitad de camino entre un drama romántico y un thriller de espías, todo en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Se narra cómo Max (Brad Pitt), espía canadiense, se enamora de Marianne (Marion Cotillard) en una de sus misiones secretas en Casablanca (Norte de África), pero este amor se enfrenta a las sospechas del servicio de contraespionaje inglés. Ahora bien, empezando mi reseña desde el plano estético, hay que resaltar dos aspectos. El primero es la muy buena ambientación y vestuario, a un punto que por estos aspectos la obra ha estado nominada a varios premios de cine. El segundo tiene que ver con la apuesta del director en seguir a pie juntillas el formato de la “vieja escuela” de la industria, escuela que tiene en su haber grandes clásicos como “Casablanca” (1942, Dir. Michael Curtiz), entre otros títulos. Sin embargo, esta cinta no estará entre las inolvidables del género, aspecto que quedará claro más adelante. Pasando a temas de contenido, pero muy asociado con lo anterior, está el deseo de transmitir una historia que venda a un público general contemporáneo, aunque con la dosis propia de la vieja escuela. El resultado, en épocas donde los gustos han variado tanto, no es del todo el mejor. El filme entretiene lo necesario y ofrece un quid dramático y un romance digerible por cualquier espectador, pero no pasa a ser un plato único e inolvidable, en especial porque el drama de la traición (tanto la privada como la pública) apenas se deja sentir. Incluso, como thriller de espías tampoco es que lo haga muy bien, pues no maneja el suspenso ni la intriga, causas de la sorpresa que se exigiría en el género para hacerlo un producto único. No obstante, el balance final no es negativo: se plantea un romance como base del drama representado por dos actores muy reconocidos por la industria (Brad Pitt y Marion Cotillard), en un contexto bien ambientado, que visto en conjunto entretiene con una receta poco innovadora: lo privado (el romance) se ve afectado por lo público (juegos de espías en el contexto de la Segunda Guerra Mundial). Y digo “en conjunto”, porque si el espectador se detiene en sus partes (el drama, el romance y el thriller) individualmente consideradas, el balance no sería halagador. Entonces, que se vea como medio de entretenimiento, pero no se le pida más. Para reflexionar, la obra permite cuestionar los motivos de las resoluciones radicales ante los problemas, grandes o pequeños. ¿Cómo afrontar la sin salida? En cierto sentido, en las encrucijadas (como aquella de ser atrapado y confrontado con la culpa) es que se puede medir la consistencia y la coherencia de las personas. Y en momentos tan dramáticos muchos consideran que hay cosas más valiosas que la vida propia, pero, ¿cuáles son esas cosas? Se suele poner como ejemplo de manual la maternidad, ya que, por regla general, una madre no duda en dar su vida por sus hijos. A lo anterior se sumó, en la historia, otros ejemplos por los que la vida propia o ajena pierde valor: la polis, la civitas, el reino, la religión, el Estado, la raza, el pueblo, el partido, etc. Ahora, como podrá verlo el lector, estos ejemplos históricos son propios de lo público, y ya sabemos lo peligroso que puede ser sobreestimar lo público a un punto tal de considerar rápidamente que ello es mucho más importante que la vida misma, máxime que los ideólogos que reclaman la vida de sus subalternos por el bien de lo público rara vez suelen exponer sus vidas propias o la de sus familiares cercanos. Sin embargo, lo que me inquieta es cuándo aspectos más privados, más íntimos si se quiere, son considerados más valiosos que la vida propia y ante estos casos aparece mi admiración a la vez que incredulidad. Creo que esta película permite continuar las reflexiones en la línea anterior, pero yo no puedo ir más allá, so pena de hacer un spoiler. La recomiendo como mero entretenimiento. 2019-07-04.


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