Más para analizar que para entretener (a menos de que al espectador le entretenga el análisis crítico)

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Vi “The Circle” (“El círculo”, EEUU, 2017), dirigida por James Ponsoldt [1978- ], con pocos filmes en su haber y con algo más de experiencia en series de televisión, y escrita por el director junto con Dave Eggers, basados en una novela de este último. El reparto cuenta con mucha experiencia: Emma Watson, Tom Hanks y John Boyega, entre los más renombrados. La cinta narra cómo Mae Holland (Watson), empleada de El Círculo, una empresa que administra una red social-virtual que unifica todos los datos y las vivencias de las personas, se deja llevar por la ideología de esta organización, similar a la de una secta, para terminar enfrentándosele al darse cuenta de los riesgos de perder la privacidad por el afán de la transparencia total que promete El Círculo. Empiezo señalando que la cinta ha sido duramente criticada por la literatura especializada. Es raro encontrar comentarios positivos por parte de la crítica cinematográfica. Se le acusa de ser una cinta simplona, con actuaciones sosas, que no equilibra la crítica que ofrece del mundo de la tecnología con el entretenimiento que demanda el espectador, que para esta trama hay mejores cintas e incluso mejores series de televisión (como “Black Mirror”), etc. En cambio, a mí me encantó. Debo reconocer que el reto deconstructivo que la cinta propone es de tal magnitud que sirvió para perdonarle cualquier defecto que tenga. Estamos ante una película que exige el debate propio de un cine-foro. Estamos ante una de esas cintas que requiere, para su mejor comprensión, una larga y dura conversación para darse cuenta de las muchas aristas que propone, aristas con una actualidad tremenda en un mundo donde la tecnología hoy día se sirve de puente en los afanes empresariales de colonizar la vida privada (la mercantilización de lo privado como un nuevo escenario de la “colonización del mundo de la vida”). De allí el eslogan de la empresa: “cerrar el círculo” de manera tal que nadie quede por fuera del nuevo medio virtual-digital exigido para contar como persona en el nuevo mundo tecnológico. En este sentido, la cinta se centra en un punto concreto que une a obras anteriores como “1984” (de George Orwell, llevada al cine, con el mismo nombre, por Michael Radford) –por el Gran Hermano que todo lo vigila–, “Un Mundo Feliz” (de Aldous Huxley) –pues el control ya no se logra mediante el miedo sino mediante la falsa alegría y el éxtasis de sentirse mirado por todos– y “The Truman Show” (1998, Dir. Peter Weir) –pues la vida privada se vuelve espectáculo de masas–. Como se puede ver, la cinta invita a cientos de reflexiones, de las que propongo las siguientes: a) El Círculo promueve la transparencia total de la persona en redes, pero el creador del software y sus dueños son quieren reclaman privacidad para ellos mismos… al finalizar, es volviendo transparente a los dueños de El Círculo como se pone en jaque al sistema; b) ¿Quién es el único en condiciones de poner en jaque a El Círculo? El Estado y el individuo que no hayan sido cooptados, de allí la importancia de que el capitalismo no coopte lo público; c) el control en las sociedades contemporáneas es endulzado con aspartame… es decir, como bien expone la biopolítica foucaultiana, los modelos de control ya abandonaron el miedo teatral para buscar presentarse más bien como opciones libres y felices del propio sujeto; d) en el afán de la transparencia, donde todo debe ser compartido para el ojo morboso del otro, solo se salvan el orinar y el defecar (en menor medida el acto sexual), lo que deja en claro nuestros miedos que en otras culturas no se tienen (por decir algo, la cultura grecolatina no habría llevado al mundo íntimo esos elementos); y e) al finalizar no se reivindica la privacidad ante la tecnología de control, sino la falta de transparencia de los que hablaban de transparencia. En consecuencia, esta es una película hecha para pensar más que para entretener, de manera tal que el espectador que espera ser retado a partir de una buena parábola de la realidad, sabrá apreciar lo que ahora se le muestra. 2018-09-10.



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