Vi “Lady Bird” (EEUU, 2017) obra prima de Greta Gerwig [1983- ] (quien además la escribió en solitario, cosa rara hoy día). Antes que nada, es importante señalar que Gerwig ya tenía un camino recorrido como actriz, pero es en este rol donde muestra su mayor fortaleza artística; además, estamos ante una cinta con fuertes rastros autobiográficos, aunque esto se intentó matizar en un principio. El reparto es interesante: Saoirse Ronan (aplausos), Laurie Metcalf (excelente) y Lucas Hedges, entre otros. Esta obra ha sido clasificada como comedia dramática, aunque, a mi modo de ver, es un drama, sin más. La trama es sencilla en su superficie, pero muy compleja en sus emociones de fondo. Trata de una joven estudiante de secundaria, que se hace llamar Lady Bird (Ronan), la cual se siente asfixiada en su ciudad natal y conviviendo con su familia, por lo que vive en un constante roce con su madre (Mecalf). Sus sueños de no pasar desapercibida en el colegio, irse a una gran ciudad y estudiar en una prestigiosa universidad, marcan sus angustias. Empecemos diciendo que esta obra ha recibido excelentes críticas, especialmente dirigidas al magnífico guion (de lo que hablaremos luego), la buena fotografía y las actuaciones convincentes. Me quedo en el primer aspecto: el guion. La cinta se centra en un momento muy común, pero no por ello fácil: la adolescencia y su contexto. En este caso, es una joven que busca formar una identidad en relación con los otros, en una comunidad y una familia que siente que la asfixian, pero a la que termina añorando. Parecería que iba a ser una película más sobre los “años maravillosos” (en alusión a aquella serie de televisión que marcó rumbo en las narraciones nostálgicas sobre la juventud), obras que por su contenido melodramático suelen ser exitosas. No obstante, este filme va más allá de eso: no cae en la sensiblería y ofrece un muy buen producto que invita a reflexionar (i) sobre la crisis de identidad propia de esa edad y del cambio que supone terminar la secundaria, (ii) sobre la amistad incondicional (los mejores amigos suelen ser aquellos del colegio, aunque poco se vean, siempre están allí) y (iii) sobre la añoranza por los años maravillosos. Pero tener buenos tópicos no es garantía, per se, de una buena película. Es necesario algo más: una narración atractiva, la cual sí se tiene en este caso. Así las cosas, considero esta película dentro de las mejores sobre los “años maravillosos”, junto con “The Perks of Being a Wallflower” (EEUU, 2012), por dar un caso. Finalmente, la cinta obtuvo varias nominaciones al Oscar (Mejor Película, Mejor Actriz para Ronan, Mejor Actriz de Reparto para Metcalf, Mejor Guion Original y Mejor Director). Pero fue en los Golden Globe Awards, donde sí ganó como Mejor Película y Mejor Actriz (Ronan). Además, fue un éxito comercial: durante sus primeras semanas en cartelera, la película recaudó 77 millones de dólares en Estados Unidos, lo que superó con creces el costo de realización: 10 millones. 2018-06-15.
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