Le Monde Diplomatique, No. 169 (versión Colombia), Agosto 2017
Como siempre, es muy satisfactorio leer este buen periódico, de los mejores por su enfoque investigativo.
En este número hay algunos tópicos que aglutinan varios artículos, todo con ocasión de la visita del Sumo Pontífice Francisco a Colombia. Empecemos.
El periódico inicia con el artículo “En las cenizas de la crisis” de Carlos Gutiérrez, donde menciona, de forma general, los retos a los que se enfrentará el papa Francisco con su visita a Colombia, especialmente el rechazado de amplios sectores sociales a la salida negociada al conflicto armado. Lo más grave es que muchos de dichos sectores se encuentran respaldados por la Iglesia católica.
El siguiente artículo se denomina “La Colombia que encuentra Francisco y la inspiración de su visita”, escrito por Alejandro Angulo Nova. Aquí se reflexiona sobre el acuerdo de paz de la Habana y cómo dicho acuerdo está en consonancia con las enseñanzas del Sumo Pontífice. Me llaman la atención dos frases del artículo: “del infantismo social y político que rechaza un acuerdo histórico porque no produce una paz perfecta” (p. 4). “El simplismo es efecto de la educación deficiente y es una muestra clara de infantilismo” (p. 6).
Continuamos con “Algunas claves importantes para entender a Francisco” de Elio Masferrer Kan. El texto explora las posibles fuentes doctrinales del pensamiento del Papa. Es interesante esta recopilación de ideas del Sumo Pontífice, por ejemplo: “¿Quién soy para juzgar a los gays?”, siendo el primer pontífice que pronuncia esta palabra y, a la vez, abriendo amplios espacios para este sector, cuya presencia en la Iglesia es evidente (y numerosa). Este trabajo desde los márgenes mantiene a Francisco siempre en los límites: caminando en el filo de la navaja” (p. 7). Otra idea del Papa es la flexibilización, en ciertos casos muy puntuales, de algunas normas consideradas como inamovibles dentro de la Iglesia: “Un autor norteamericano planteaba que, si se comparase la estabilidad de la estrategia matrimonial por etapas de los quechuas y aimaras con “el promedio de divorcios y separaciones que se tienen en la sociedad norteamericana, se ve uno forzado a preguntarse si son los habitantes de los andes o nosotros los que practicamos el matrimonio de prueba”” (p. 9). Esto último relacionado a la invitación del Papa a pensar, para ciertas culturas, si es conveniente permitirle al sacerdote tener familia.
Sigue una serie de artículos que ya no se centran en la actividad pública del Papa o las consecuencias de su visita para Colombia. Entre estos artículos está “Operación milagro” de Ignacio Ramonet. Aquí se explica la importancia de un programa cubano para curar a miles de personas pobres latinoamericanos, ciegos por cataratas, cuando es una enfermedad reversible. Aquí se ve con claridad cómo la salud es un tema mercantilizado. Siendo reversible no se justifica en modo alguno que haya personas ciegas por dicha enfermedad, solo por no tener el dinero para costear la cirugía.
Pasamos a “Arizona: morir en el desierto” de Maxime Robin. Estudia la crisis fronteriza México-EEUU y todos sus flagelos. Aquí podemos leer: “Si se les pagara a los inmigrantes para que no vinieran, tal vez resultaría más barato”, había ironizado entonces un analista” (p. 13). “Es evidente que los acuerdos de librecambio llevaron al campesinado mexicano a la ruina. En cierto modo, Estados Unidos creó esta situación”” (p. 14). En conclusión, la inmigración ilegal es la consecuencia de una compleja red de causas que, a su vez, se remonta a la injusticia social.
El artículo “Sobre una tela azul con doce estrellas doradas”, cuyo autor es Régis Debray, señala que la Unión Europea se parece cada vez más a EEUU en lo que respecta al manejo de la crisis económica: “Destruir un sentimiento de pertenencia sin poner otro en su lugar siempre es peligroso” (p. 15). “El mito de Europa se marchitó antes de lo razonable, por haber postulado que un texto constitucional podía anclar, sin lengua, memoria ni leyenda compartidas. Ese patriotismo seco y sin sustancia, “constitucional”, sólo dio lugar al espíritu comercial, considerando despreciable aquello que le da sentido: el comercio de los espíritus” (p. 15). “Ver a los funcionarios de Bruselas comunicarse en la única lengua que, desde el Brexit no es más que la de uno de sus miembros – Irlanda -, no deja de ser risible” (p. 15). “Ya no se trata – machaca Barnett – de que Estados Unidos dirija el mundo, sino que el mundo se convierta en Estados Unidos” (p. 15). El gran peligro estriba que Europa deje de ser un foco alternativo de desarrollo y se convierta en un seguidor más de la doctrina neoliberal.
Con el texto “La memoria imposible” de Pierre Daum, vemos el caso de Argelia sobre el posconflicto. Llama la atención como este país se ha vuelvo hiper-religioso, incluso en el seno de las víctimas de las guerrillas islámicas de su momento. Es que esta hiperreligiosidad es la única alternativa que queda para el duelo por el silencio impuesto desde el gobierno al pasado. Es una clara lección para el caso colombiano: hay que hablar de lo que nos pasó. “A primera vista, esta hiperreligiosidad puede sorprender. ¿Cómo es posible que una sociedad que ha sufrido tanto el islamismo haya integrado hasta tal punto sus reglas? En su consultorio de Argel, el psicoanalista Khaled Aït Sidhoum atiende a muchos pacientes afectados por las secuelas de los años 90. Se cuida de subrayar que “el retorno de la práctica religiosa musulmana no concierne únicamente a Argelia”. Se trata de “un fenómeno mundial”. ¿Pero con características argelinas? “Sí. La violencia de hace veinte años – que se sumó a las violencias de la colonización y de la gurra de liberación – provocó un trauma que hoy afecta a todo el mundo. El Islam funciona como analgésico. El problema es que ciertos analgésicos crean una dependencia fuerte, como el caso de la religión. Aún más cuando el Estado favorece la venta de esta ‘droga’” (p. 17).
“En Tayikistán, bodas que dejan en la ruina” de Juliette Cleuziou e Isabelle Ohayon se informa sobre las causas sociales de los excesivos costos de los matrimonios en dicho país. Al no tener formas de ahorro ni manera de destinar esos recursos en vías de inversión seguras, sumado a la pobreza generalizada del pueblo, el dinero se invierte en la propia red de amigos y vecinos, lo cual se constituye en un círculo social a partir de la reciprocidad (hago la fiesta excesiva esperando ser el invitado a tu fiesta excesiva). Un buen ejemplo de investigación social aplicada.
Continuamos con “Mil y una resistencias al alfabeto latino” escrito por Phlippe Descamps y Xavier Monthéard. Este escrito señala cómo la escogencia del alfabeto nacional pasa más por criterios políticos que por culturales. Se trata, pues, de un interesante recuento de los diferentes alfabetos existentes con algunas anotaciones importantes sobre las decisiones políticas que llevaron a optar por uno u otro alfabeto.
En “Las fracturas políticas de Indonesia” de Martine Bulard y Marie Beyer, se explica la compleja situación de dicho país, que gozó durante mucho tiempo de un Islam tolerante, pero hoy día los radicales crecen, estigmatizando a los inmigrantes chinos y su descendencia de los males del país. La historia se repite: se genera miedo en la población, casi siempre sobre una minoría, para permitir gobiernos despóticos. Aquí se puede leer: “El rencor hacia los chino-indonesios, estimados en 3 millones (8) sobre una población de 257,6 millones de personas” (p. 23)… “sólo les quedaban los negocios. A eso se dedicaron a lo largo de los siglos. Hoy en día tienen una gran presencia en la economía, en las finanzas, en el sector inmobiliario…”. “Aunque el gueto de la “burguesía” china ocupa sin complejos la península al Norte de la capital una simple visita a Glodok, el viejo barrio chino de Yakarta, alcanza para convencerse de que se puede pertenecer a esa minoría y no estar lleno de plata” (p. 23). “El Islam nació en el siglo VII, en tiempos de ignorancia, de distintas creencias, de patriarcado y régimen feudal – explica Musdah Mulia –. Por lo que hay que volver a lo que representa el corazón del Corán, el tawhid – la creencia en un solo Dios, Alá –. Y a partir de ahí tenemos que contribuir a una nueva interpretación del Islam, sobre todo en las relaciones entre el Islam y el Estado” (p. 24).
El artículo “El engranaje de las crisis” de Razmig Keucheyan plantea las tres crisis que aqueja a la humanidad (la política, la económica y la ambiental) y la forma de atenderlas, fundamentalmente a partir de la democratización radical de las relaciones económicas: “En un texto de 1974, el filósofo André Gorz ya afirmaba: “El capitalismo, lejos de sucumbir la crisis, la va gestionar como lo hizo siempre: grupos financieros bien posicionados se van a aprovechar de grupos rivales para absorberlos a bajo precio y extender su domino sobre la economía. El poder central va a fortalecer su control sobre la sociedad: se usarán tecnócratas para calcular las normas ‘optimas’ de descontaminación y de producción” (p. 27). “Crisis política, a crisis económica y crisis ecológica convergen, como se ve, en un solo y mismo problema” (p. 27). Sintetizando, al fortalecer la democracia, se atiende igualmente la crisis política, la económica y la ambiental.
El escrito “Estados Unidos, una sociedad climatizada”, hecho por Benoît Bréville, aporta una historia concisa del aire acondicionado y las consecuencias que esta tecnología ha implicado para lo humano. Entre dichos efectos está que hoy día las personas han perdido su resistencia al calor (en un mundo cada vez más caliente), lo que implica un aumento del uso de una tecnología necesaria para la productividad y el bienestar de los individuos, uso que provoca un incremento del calor atmosférico. Un buen ejemplo de los círculos viciosos progresivos. “Primero atributo de la burguesía, luego estandarte de la clase media, la climatización existe hoy en día en casi todo el mundo” (p. 29); “(…) la climatización aceleró así “la norteamericanización del Sur”, la eliminación de las diferencias regionales, la homogenización de Estados Unidos” (p. 30). El “círculo vicioso donde la climatización agrava el calentamiento climático, el que incita a utilizar todavía más su climatización” (p. 30).
Por su parte, el escrito “Internet rusa, una excepción histórica” de Kevin Limonier, señala las ventajas y las desventajas políticas del sistema de Internet ruso. Entre sus desventajas más notables está en su mayor proclividad al control político (p. 33) y entre sus ventajas que es una alternativa al control de Silicon Valley, de un lado, y que ha permitido una importante industria digital en dicho país, del otro. Es importante este texto para introducirse en la historia del Internet, que ha sido diferente en cada país.
Con el texto “Cuando las noticias son el marketing”, de Sophie Eustache y Jessica Trochet, se explica el funcionamiento de las páginas pseudoperiodísticas que hoy día dominan la Red a partir del método del ciber-anzuelo: ofrecer textos cortos sobre los temas que son tendencia para así captar visitas a las que se les pueda ofrecer publicidad de sus patrocinadores al interior mismo del artículo, publicidad que, por su forma de ser presentada, escapa al control de los bloqueadores. “Estos sitios se especializan en la producción industrial a bajo costo de contenidos destinados a jóvenes” (p. 34). “Se trata de crear un ambiente de redacción positivo para transmitir el mensaje de los anunciantes” (p. 34). “Los responsables editoriales perciben el rigor como una pérdida de tiempo” (p. 35). Es terrible entonces confundir esta estrategia de publicidad con el nuevo periodismo.
En el artículo “Cómo entrevistas a Adolfo Hitler” de Dominique Pinsolle, se informa de la actitud servil de muchos periodistas franceses durante la década de los años 30 del siglo XX para con el nazismo y en especial para con su líder. Se enuncian casos concretos de periodistas franceses que, con tal de tener una entrevista con Hitler, terminaban por escribir lo que fuese de interés para (la política exterior de) el partido nazi. Lo interesante es que esta actitud servil puede verse en la actualidad por parte de muchos periodistas ante los nuevos poderes.
En “Caminando junto a la Laudato Si” de Adolfo Pérez Esquivel, junto con el texto “Preservar la perspectiva singular del Papa: la ecología integral” (este último de Leonardo Boff), encontramos magníficas referencias a la importancia de una revisión de nuestra forma de relacionarnos con el entorno. Dice el primero de los textos reseñados: “Tendríamos que aportar a lo señalado que la dominación no comienza por lo económico, sino por lo cultural, por la imposición de pautas y comportamiento entre pueblos y escala planetaria” (p. 39). “Los países del Sur no son pobres; son pueblos empobrecidos y explotados, dominados por el Norte y la falta de claridad y propuesta de los gobiernos del Sur, lo que los lleva a la dependencia y la explotación que sufren hasta el presente” (p. 39).
Termina el periódico, como es habitual, con un escrito del director francés: Serge Halimi: “La mentira del 99%”. Es una reflexión sobre la necesidad de pensar políticamente un mundo donde el 99% desposeído sea tenido en cuenta.
Finalmente, este periódico no solo informa, forma. Deja más dudas que respuestas. Por eso aplaudo tanto este tipo de periodismo, que cumple -en mejor medida que los actuales medios- con la labor política encomendada a los designados para ofrecer perspectivas diferentes a las del poder, para así mejorar la capacidad de lectura y fomentar la sana crítica, en los ciudadanos. Periódicos como éste hay que apoyar a toda costa.
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