Sobre las miserias (demonios) de la sociedad civilizada: Les démons, 2015

Vi “Les démons” (Canadá, 2015), dirigida y escrita por Philippe Lesage (este es su debut en el largometraje, aunque cuenta con una carrera como documentalista) y con un reparto interesante: Édouard Tremblay-Grenier,  Yannick Gobeil-Dugas,  Vassili Schneider, entre otros. Narra la vida de un adolescente que se descubre a sí mismo, en un micro- contexto gris (buenos hermanos, padres en conflicto, una sexualidad por explorar, colegio con sus problemas típicos, etc.) y en un macro- contexto más complejo y macabro: una serie de secuestros de niños de la que todos hablan. Ahora bien, el filme tiene un buen manejo de cámaras y en lo que respecta a los demás componente estéticos, podría decir que es una obra correcta, bien hecha. Me inquieta más la trama: es un drama que gira en torno a dos vectores. El primero es un joven que se descubre a sí mismo en una temprana adolescencia, con todo lo angustiante que esto puede ser. El segundo es un secuestro de un niño. La ilación entre ambos vectores no es del todo convincente, incluso es algo traída de los cabellos. Justo por ello es que la obra parece confusa y da demasiadas vueltas, siendo predecible por demás, pues no tiene un foco claro. Definitivamente, el espectador se siente incómodo durante la exhibición; pero creo, como lo leí en una crítica, que una vez termina la proyección, el espectador no puede dejar de pensar en algunos rodeos interesantes. Hay una reconciliación a posteriori pues esta es una película que exige paciencia para verla pero que genera gratitud luego, con el tiempo. Es que dentro de la incomodidad, la dilatación y la oscuridad, se esconde algo tenebroso y son los demonios (de allí el nombre del filme) que están detrás de cada piedra; incluso, en las sociedades más civilizadas. Lo humano, con sus penurias, no es algo exclusivo de las sociedades caídas en desgracia. El malestar social, el conflicto, el delito, no desaparecen en las sociedades de la disciplina social: se esconden mejor. Creo que esto último es lo más importante de la película que ahora reseño. Finalmente, llama la atención, por no decir que es un componente “salvífico” en la narración, cómo la culpa del victimario aparece de forma tan contundente que lo lleva a la muerte. Tristemente, frente a delincuentes de esa calaña, la culpa no suele presentarse, o por lo menos no en esa forma: este tipo de depredadores suelen ser insensibles a sentimientos de culpa, arrepentimiento, etc. Su perversión logra justificarles en sus conductas (hasta creerse que son enviados o especiales). El caso de Garavito en Colombia, antes asesino serial de niños, ahora “pastor” religioso, es solo una muestra más de la capacidad autojustificativa del sociópata que está lejos de sentir empatía por los otros (ver este documentaldel caso Garavito). La recomiendo en los términos ya dichos. 09-08-2017.


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