Tecnología al servicio del entretenimiento, pero no se acerca siquiera al clásico de 1967

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Vi “The Jungle Book” (El libro de la selva, 2016, USA) del director Jon Favreau (con una filmografía mediocre, desde mi perspectiva) con guion de Justin Marks y basado en el clásico de Rudyard Kipling. Narra la historia de Mowgli, niño abandonado en la selva india, quien fuera criado por una manada de lobos y, ya algo mayor, debe enfrentar a su temido enemigo, el tigre Sherkan. La película tiene varios méritos, que resumo en la buena combinación que logra entre el entretenimiento y la tecnología. Esto logra cautivar al espectador, en especial al público infantil. Pero su gran falencia está en la historia misma, puesto que ya desdibuja en muchos apartados el clásico de Kipling: quien conozca la historia original se sentirá decepcionado al ver tantos cambios. Estas mutaciones le hacen perder en buena medida el dramatismo moral que comporta el texto de Kipling y que la nueva versión pasa de largo. Igualmente, este filme de 2016 no logra nivel de comparación con la versión clásica de Disney de 1967 (dirigida por Wolfgang Reitherman), a pesar de las remisiones que esta nueva versión hace a aquella con una que otra canción inmortalizada hace 50 años. Este es el gran riesgo de los remakes. Hubiera sido mejor, dada las innovaciones, no haber traído al caso al gran clásico de Disney, evitándole al espectador tener que hacer comparaciones. Claro está que la cinta no está mal, simplemente digo que no está a la altura de la obra literaria, de un lado, ni del clásico de 1967, del otro, pero no por ello deja de ser un documento visual cautivante, en especial para futuros amantes del cine, quienes podrán apreciar aquí cómo la lealtad, el valor y el ingenio son las armas del niño-héroe que así logra superar la adversidad y hacer justicia. Finalmente, para un scout, como lo he sido, esta película fue una decepción en tanto que la mística escultista está muy compenetrada de los esquemas morales planteados en la obra de Kipling que, como ya dije, aquí fue tan modificada que hay que hacer mucho esfuerzo para hacerlos aparecer de nuevo (ejemplo: Kaa). Conclusión: entretiene y cautiva, tecnología al servicio del cine que no es sólo infantil. Pero sigo con la versión de 1967 o, mejor aún, con la misma obra de Kipling. 20-09-2016.


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