La guerra es así: dolorosa y aburrida: “Kippur” (Israel, 2000) dirigida por Amos Gitai

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Vi “Kippur” (Israel, 2000) dirigida por Amos Gitai (director con una amplísima filmografía) y escrita por él mismo junto con Marie-Jose Sanselme. El género del filme, hipotéticamente, es el bélico, pero la película a veces toca con elementos documentales. La cinta se desenvuelve en el contexto de la Guerra de Yom Kipur (Día del Perdón) de 1973. Weinraub (apellido del padre del director) y su amigo Russo, parten hacia el Golán en busca de su unidad militar, pero al no encontrarla deciden integrar una unidad de rescate aéreo que, a bordo de un helicóptero, transporta heridos de combate, hasta que es derribado por un misil sirio. Pues bien, antes de analizar el filme, es importante señalar que se trata de uno autobiográfico pues los hechos acaecidos le sucedieron, efectivamente, al director quien participó de esa contienda. Ahora bien, la película tiene tres partes. La primera media hora, en la que los protagonistas buscan su unidad militar, tiene un buen ritmo y hay planos interesantes, que prometen una buena historia. La segunda parte es cuando se enrolan en la unidad de salvamento aéreo, que pasa a ser lenta, monótona, sin ritmo. Se muestra lo aburridora que puede ser una guerra, a la vez que terrible e inhumana. Seamos sinceros: el género bélico se ha centrado en mostrar como eternos los pocos minutos de acción, eliminando los rastros del tiempo muerto entre los combates o detrás del frente. La guerra, antes que acción, es aburrimiento, lentitud y dolor, y creo que esta cinta lo deja muy en claro. En este sentido, esta película continúa el legado de “The Thin Red Line” (USA, 1998, Terrence Malick). La tercera parte, narra lo que acaece una vez el helicóptero es derribado. Russo regresa a su hogar y Weinraub se repone de sus heridas en el hospital. La cinta toma algo de su ritmo perdido y el guerrero termina en los brazos de su novia, dibujándose mutuamente en las sábanas. Entonces, concluyendo desde la parte estética, la película es aburridora, sin escenas de acción bélica, mostrando una faceta lenta y dolorosa de la guerra. Pasaría pues por un mal filme si no se tuviese en cuenta que esa era la intención del director: mostrar la guerra tal como él cree que es; donde los momentos de acción y euforia son mínimos, a pesar de su maximización por el cine-acción de entretenimiento. Finalmente, dejo al lector la posibilidad de hacer un juicio político a la cinta en la medida que nunca se muestra al “otro”, al enemigo, pero por lo menos éste no es demonizado. Igualmente, bien podría retratarse allí la perseverancia y el patriotismo del pueblo israelita. En fin, la recomiendo con los matices ya señalados. 13-09-2016.



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