Buena película en cuanto su forma, pero puro cine de propaganda en cuanto su contenido

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Vi “Dios no ha muerto” (USA, 2014) dirigida por Harold Cronk. La verdad no estaba muy interesado en ver esta película pero acepté el reto propuesto por una buena amiga y aquí está mi reseña. El filme trata de un estudiante devoto que defiende a Dios en su clase de filosofía ante un profesor anti-teísta (que es diferente al agnosticismo y al ateísmo). La película, en cuanto su forma, me parece bien lograda. Pero en cuanto su contenido lo más que puedo decir es que es propaganda, algo superflua por demás. Empiezo con lo primero. El cine cristiano ha mejorado en mucho su calidad, tanto en la fotografía como en el sonido. Se nota una gran producción ejecutiva alrededor del filme, que se refleja en su buen ritmo y en su manejo de cámara, por dar dos ejemplos concretos; es decir, la producción arrojó un buen producto. Pero desde el contenido, la película me pareció que adolece de muchos vacíos. Empiezo con algo: hacer una película en la que se defenderá una posición (la existencia de Dios), pero la contraparte es representado como un perfecto idiota (con todos los defectos del mundo y con una pésima argumentación) pues no es que ayude a mejorar realmente la posición defendida. Me explico: en el filme, quien niega a Dios (es un anti-teísta, pero no ateo ni mucho menos agnóstico) es un profesor arrogante, soberbio, machista, pésimo argumentador, mal educador, en fin, una mala persona y un mal filósofo (que ni siquiera sabía cómo se dice correctamente el apellido de los filósofos que menciona); así queda fácil destruirlo. De esta forma no se está invitando al espectador a que ponga realmente a prueba su fe; todo lo contrario, lo llevo, como si fuese un menor de edad, por el camino escogido. Creo que la defensa de la existencia de Dios pudo haber sido mucho más inteligente (en este sentido, recomiendo mejor “God on trial” (GB, 2008, Andy DeEmmony). Otro aspecto que me preocupó fue la ridiculización que se hace del musulmán y de la izquierda democrática representada, esta última en una periodista insoportable que sólo tiene ideas de protección ambiental y críticas ante el sistema, porque no puede encontrar paz en su corazón. También hay que revisar muy bien los símbolos que se venden como estereotipos exitosos. En la película aparece dos veces, como un buen cristiano, un hombre blanco, con una esposa Barbie, mayor, gordo, de barba, con una pañoleta con la bandera de Estados Unidos en su cabeza (dejando en claro su ultrapatriotismo) y defensor de la cacería (y ojo con lo que dice rápidamente sobre las armas). Dicho con otras palabras, el típico redneck gringo: blanco, heterosexual, cristiano (pero más desde la fe que desde la teología), republicano, ultrapatriótico y defensor del derecho a portar armas. En esta película faltó que apareciese Trump invitando a que votasen por él. Otra cosa que me llamó la atención es que el estudiante que defendió la existencia de Dios, apela a la teoría del Big Bang como postura perfectamente articulada con su fe (cosa que es correcta, pues no olvidemos que quien propuso esta teoría fue un sacerdote católico Georges Lemaître) pero a renglón seguido considera que Darwin se equivocó a partir de una frase traída por fuera de contexto (que la naturaleza no da saltos). Pero ni el profesor ni el estudiante tocaron temas candentes en este punto como lo sería la teoría del origen del hombre. Recordemos que la teoría de Darwin de la evolución de las especies está prohibida en muchos lugares de Estados Unidos, donde sólo se enseña el creacionismo (esto es, Adán y Eva). No veo qué hay de saludable para la religión seguir enfrentándose a tanta evidencia científica sobre la evolución de las especies, incluyendo la humana. Me parecería más responsable para el creyente buscar cómo aceptar la evolución no implica necesariamente un rechazo de su fe. En fin, el cine propaganda tiene mucho sentido para el que ya hace parte del movimiento que hace la película, pero aun así invito a reflexionar sobre los símbolos que hay detrás para observar que Dios pudo tener una mejor defensa. Y finalizo con algo: puede ser que considere a los que están fuera de mis creencias como seres equivocados, pero eso no significa que ellos no pueden ser sujetos dignos de respeto (que es diferente a aceptar que estén allí) e incluso aceptar que las posturas del otro pueden enriquecerme o corregirme. Incluso, creer que tengo la verdad absoluta puede ser algo sacrílego, puesto que me pongo en el mismo nivel que Dios, el único que podría ser absoluto. Digo esto porque en contravía de lo que sugirió el filme, un ateo puede ser una persona correcta. Y una persona religiosa puede ser alguien inmoral. Ejemplos en la historia hay muchos.  29-07-2016.


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