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Vi “The Imitation
Game” (Código enigma, RU y otros, 2014) dirigida por Morten Tyldum (con una poco
conocida carrera como director, siendo ésta la primera película que le veo),
con un guion (que ganó un Oscar) de Graham Moore basado en una novela histórica
de Andrew Hodges. El reparto es muy bueno, encabezado por Benedict Cumberbatch
(quien hace muy bien de Alan Tuning) y Keira Knightley, entre otros. Es un biopic
sobre el matemático británico
Alan Turing, quien fue la cabeza de un grupo que logró el desciframiento del código nazi
“enigma” que se consideraba impenetrable, lo que permitió rápidamente el
ascenso aliado sobre los alemanes y dio lugar al nacimiento de las
computadoras. A pesar de ello, Turing
no fue tratado como héroe: fue acusado y juzgado por su condición de homosexual
en 1952 y murió (al parecer un suicidio), mordiendo una manzana envenenada (de
allí el logo de Apple). Este asunto había sido tratado por la literatura (abundan las versiones
noveladas que explican cómo se logró tal desciframiento) y por el cine. Desde
este último habría que mencionar algunos filmes que dan cuenta, de diferentes
maneras, del desciframiento de dicho código, como “Enigma” (RU y otros, 2001), basada
en la novela de Robert Harris (donde poco se menciona el drama personal de
Turing por su condición de homosexual en aquellas épocas) y “Los crímenes de Oxford” (España y otros, 2008), basada
en una novela de Guillermo Martínez (que menciona el rol de la mujer que
participó en el grupo que descifró Enigma lo que da lugar a una historia
policiaca), entre otras películas. Hay que señalar que esta cinta que ahora
comento, el de 2014, ha sido ampliamente elogiada en muchos festivales y ha
ganado nominaciones y premios por doquier. La respuesta a tal éxito se debe a
una sumatoria arriesgada: un buen elenco; una gran actuación del personaje
principal; un guion que debe dar cuenta de mucha información y lo hace de
manera light pero entretenida, para
permitir que el público variado pueda disfrutarla igualmente (no es, pues, un
guion que rete al espectador como lo haría un buen cine de espías); una
adecuada fotografía y banda sonora, que sin sobresaltos llevan al espectador al
fin deseado; y, por último, una narración que conmueve, sin profundizar, al
tratar el homosexualismo y la incapacidad de socializar de Tuning. Claro está
que por este afán de la mantener la película a flote, es que la crítica
especializada se ha molestado. Es que, en primera lugar, los hechos a ser
narrados eran tantos que el filme termina por decapitar muchas historias
internas, como por ejemplo el importante rol que jugaron los polacos en el
desciframiento del código Enigma o la forma como el servicio secreto inglés
logró mantener en secreto tal descubrimiento. En segundo lugar, el elemento
dramático que debía aportar la homosexualidad de Tuning apenas es tratado y
casi al mismo nivel de los problemas de sociabilidad del protagonista; se
perdió así una gran oportunidad de explorar la esencia dramática de un
personaje conectado con una época difícil, pero centrándose la narración más en
el descubrimiento del código permitió, creo yo, una mejor comercialización del
filme. Esto último queda patente con la caída del ritmo del filme en sus
últimos momentos, una vez termina la labor de dicho grupo por el fin de la
Segunda Guerra Mundial. De todas maneras, la cinta me gustó mucho, y darme cuenta
de ciertos faltantes no demeritó la película sino que me llevó, como espectador
activo que soy, a complementarla. Además, hay que decirlo, es la cinta más completa,
hasta el momento, sobre el grupo que descifró el código Enigma, asunto del que
seguramente habrá más letras e imágenes a futuro. La recomiendo: 05-10-2015.
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