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“The informant” (Francia, 2013) dirigida por Julien Leclercq, quien cuenta ya
con dos producciones comerciales del nuevo cine de acción francés. Esta
película, basada en hechos reales, narra la historia de un francés,
residenciado en Gibraltar, quien termina siendo informante de los servicios
aduaneros franceses infiltrando la mafia que usa al puerto como vía de
distribución de drogas. El filme entretiene de entrada, pero hay tres cosas que
no puedo dejar de mencionar: i) Los primeros 45 minutos tienen una fuerza
narrativa que se va perdiendo paulatinamente; ii) Al inicio parece ser un
thriller policiaco pero termina en una narración, algo superficial y generando
algo de confusión en el espectador, del drama humano de un ser del común que
tomó decisiones equivocadas; y iii) Hay escenas difíciles de creer (por ejemplo
que la policía use como infiltrado a alguien sin mayor preparación o que un
mafioso le perdone la vida al traidor). Estos aspectos le hacen perder valor al
filme, pero no lo ponen todo en saldo rojo, puesto que, como dije, se logra el
entretenimiento deseado a la vez que se plantea una nueva forma de mostrar la
vida del hombre común que, por cosas del destino, termina en la mitad de redes
complejas que lo superan. Hollywood habría hecho una película donde el “hombre de
la calle”, por las presiones, se convertiría en un héroe de acción derrotando a
todos e imponiendo su justicia. En cambio, el filme de Leclercq, no cae en esta
visión simplista y el héroe (el informante) termina derrotado ante el sistema: El
hombre común avasallado por la máquina estatal, dejando en claro que la
justicia no es proporcional a los hechos (nótese la diferencia en el trato
judicial que se le brindó al informante y al mafioso). En este sentido la cinta,
además del entretenimiento, puede dar lugar a interesantes reflexiones sobre lo
que significa “ser” ante el “poder”. La recomiendo en los términos ya
señalados. 02-06-2015.
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