Le Monde Diplomatique, No. 142: Excelente, en especial el artículo de D. Pachón sobre Heidegger y la vida impropia

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Debo confesar que ando algo atrasado leyendo los ejemplares de Le Monde Diplomatique (aquí). El trabajo y las ocupaciones cotidianas dejan que este placer, de tener en las manos un periódico serio e independiente, se vaya postergando. Pero hoy, con un buen té en la mano, terminé de leer Le Monde Diplomatique, versión Colombia -claro está-, No. 142 y estoy muy contento con lo leído.

Este número, una vez más, dedica varios análisis a lo que creo ya está claro: cómo la minería nos vuelve una economía con más dificultades que potencialidades (ya todos sabemos los problemas de una economía nacional basada en la extracción de fuentes primarias y, aún así, seguimos con esta apuesta de extraer mucho, vender barato, quedarnos con el costo social y ambiental e invertir inadecuadamente lo poco que nos deja de ganancia) (Cfr. "Economía de socavón: con pasado y futuro", pp. 6-7 y "Contexto histórico y cultural de la minería extractiva", pp. 10-11). Pero esto no es un problema exclusivamente colombiano (Ver "El tren minero energético y los conflictos locales", pp. 8-9) . Hacen énfasis algunos artículos que esto es un problema generalizado (incluso en Estados Unidos -"Apalaches, prisioneros de su propio carbón" pp. 14-15- o en Asia, "El petróleo agita sus mares", pp. 17-18), tanto de los gobiernos de izquierda como de los más neoliberales ("Megaminería en Ecuador: pocos avances y multiplicación de conflictos", pp. 4-5), aunque tal vez en estos últimos las consecuencias sean más dramáticas ("¿Esta vez es distinto?", pp. 12-13).

Además, analiza el caso de la corrupción en Venezuela. Es importante ver estos buenos análisis de cómo los gobiernos socialistas, si no están alertas, caen con mayor facilidad que otros ante una corrupción desmedida. Ese es uno de los problemas del desarrollismo económico en sistemas que no abandonan el clientelismo ("Venezuela, presa de la corrupción", pp. 20-21).

Se da un buen diagnóstico, con sus pro y sus contras, de la normativa ecuatoriana que permite al Estado regular a los medios de comunicación (Cfr. "Ley de comunicaciones en Ecuador: avances y desafíos", pp. 22-23). Me parece un buen texto que deja en claro que los medios son un peligro desatados pero son un peligro atados. ¡Qué difícil es encontrar un punto medio!

Excelentes los trabajos sobre la historia de las relaciones diplomáticas entre EEUU e Irán, que dejan en claro porque ambos países se comportan como se comportan hoy día ("¿Termina una historia de odio?", pp. 24-25) y, de nuevo (pues es algo común en este periódico), los análisis de los problemas del medio oriente, en especial de la historia de los "hermanos musulmanes" y del "salafismo" que ahora se enfrentan ("Islamizar desde abajo", pp. 27-28). ¿Cómo se atreven a opinar muchos medios sobre los problemas en el Medio Oriente sin conocer claramente la historia de los grupos en contienda (armada o política)?

También me gustó mucho los artículos de cómo en la actualidad se tejen nuevas relaciones de soberanía especialmente a partir de la deuda externa de los países europeos periféricos con la banca europea central y con los Estados hegemónicos ("La nueva guerra fría", pp. 29-30 y "El mercado de la política", pp. 31). Incluso la lectura de este artículo cae como anillo al dedo para comprender la crisis griega de la que tanto se habla en estos días.

Y, para finalizar, el mejor de los artículos (aunque digo esto completamente parcializado). Se trata del artículo de Damián Pachón denominado "Martín Heidegger y la crítica de las sociedad pomposamente trivial" (pp. 36-37) donde señala la crítica del profesor alemán a la publicidad, al consumismo y al chisme como formas actuales de vivir una vida impropia, esto es, alienada (usando terminología marxista) o en "caída" que supone vivir la vida por el Uno, esto es, por la totalidad, por la "gente", por la "masa", por los "otros". Interesante esta crítica de quien hizo parte del nazismo (puro partido de masas), aunque hay que decirlo su participación en dicho partido no fue tan intensa, ni tan larga, ni tan activa como muchos mitos (chismes descalificantes) han pretendido hacernos creer. Genial aquello de que el chisme, las habladurías, es una forma de vivir la vida inapropiada o impropia, una manera de estar sujeto a la masa donde somos vividos por los otros. La destrucción de la individualidad está manifiesta en quien es artífice de las habladurías. Dejo de ser una persona para convertirse en espejo de la masa. Increíble estos análisis de Heidegger.

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