Sobre cómo el poder corrompe y vuelve cínicos a sus agentes

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Vi “The Ides of March” (“Poder y traición”, USA, 2011) escrita, dirigida, producida y protagonizada por George Clooney. Cuenta, además, con la admirable interpretación (de nuevo por la buena senda) de Ryan Gosling. Además de Gosling y Clooney, vemos en el elenco a Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei y Evan Rachel Wood. El reparto es de lujo. La cinta es muy correcta en sus apartados estéticos. Subrayo el buen manejo de cámaras y la gran planeación de cada escena. Sobre la trama, cuenta la historia de un candidato demócrata a la presidencia, el hombre perfecto, el progresista intachable, y de su asesor de campaña, un joven idealista con fe en la causa. Pero su asesor descubre un terrible secreto de su jefe. ¿Qué hacer? Borrar todas las evidencias, mentir, ocultar cualquier rastro de verdad. En el fondo es una película que nos recuerda, una vez más, cómo el poder corrompe y vuelve cínicos a sus agentes; además, cómo si se permite una falta inicial ya luego es imposible detener la cadena de faltas que viene detrás. Esto justifica, por ejemplo, la necesidad de contrapesos al poder. Lo anterior me lleva a lo más valioso de la cinta: con base en ella se puede explicar lo bueno y lo malo del sistema político-electoral estadounidense (con su afán de mostrar al candidato como un ser perfecto, el gran poder de los asesores y cómo opera, tras telones, las campañas electorales) y de la propia cultura política americana (que los lleva a desconfiar siempre del poder político y su respeto por las instituciones republicanas). Para no alargarme más, recomiendo un escrito mayor sobre esta película (aquí). La recomiendo sin vacilaciones. ¡Qué buena película! 12-08-2017.








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