Sobre como tras las risas se nos advierte de nuestra caída

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Vi “Delicatessen” (Francia, 1991), digirida y escrita por Jean-Pierre Jeunet (1953- , quien luego logrará fama internacional con “Amelie”, 2001) y  Marc Caro (1956- , dibujante especializado en animación, quien ha logrado algún reconocimiento como co-director o en el equipo de producción de varias películas). El reparto es de lujo: Dominique Pinon,  Howard Vernon,  Chick Ortega,  Pascal Benezech y Marie-Laure Dougnac, entre otros. La cinta clasifica como comedia negra, de un lado, y cine fantástico del otro. Realmente, clasifica más como cine-distópico que como fantástico. Ahora bien, por sus méritos se ha convertido, con el paso de los años, en una película de culto y, como anécdota personal, fue de las primeras películas que vi cuando empezaba a rastrear el cine europeo en los años noventa del siglo pasado. Se trata de un carnicero-casero, en una ciudad futurística y apocalíptica, que vende a sus inquilinos carne humana, proveniente del conserje de turno o de hombres-de-las-alcantarillas… no  había otras fuentes de alimento. Sin embargo, un conserje-payaso logra sobrevivir a la persecución del carnicero. La película, para ser ópera prima de largometraje de sus directores, cosechó muchos premios: 1992: Nominada Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa. 1991: Sitges: Mejor director, mejor actor (Dominique Pinon), banda sonora. 1991: Premios César: 4 Premios. 12 Nominaciones. 1991: Festival de Chicago: Hugo de Oro - Mejor película. Etc. Sus méritos están en la historia misma, de un lado, y el recurso original a las formas narrativas del comic, del otro. La historia es divertida, desde el lente del humor negro. La ironía salta a la vista con muchas escenas. Un espectador ligero de prejuicios y que no le guste el producto enlatado de las comedias fáciles de la industria cinematográfica, apreciara grandemente esta obra. Además, los fanáticos del comic y de las animaciones (aunque esta cinta no sea, en sentido estricto, de dicho género), también la disfrutarán sobremanera. Para reflexionar, quisiera llamar el poder de la cine-distopía en la actualidad… ¿cuántas películas nos muestran el futuro con esperanza y alegría? Muy pocas. El arte mismo vende la desesperanza, lo que refleja claramente el sentimiento de angustia generalizado, algo que podría llamarse como la “caída” (según Heidegger), por cosas que todos sabemos que van mal pero que los sistemas político y económico no atienden, o si lo hacen no es de forma adecuada: el exceso demográfico, la contaminación, el daño ambiental, etc. Estos asuntos son las cosas que están antes de la trama de la película: ¿por qué se vuelven caníbales? Porque la sociedad tal cual la conocemos, por algo que no explican pero todos suponemos, se vuelve inviable. Aparece así un pseudo-estado de naturaleza hobbesiano, donde la nueva sociedad (representada aquí por los inquilinos en torno al carnicero) funda su existencia civil en la muerte de otros (los conserjes y los hombres de las alcantarillas), una guerra de todos contra unos (una nueva manera de presentarse el estado de naturaleza de Hobbes). ¿Cuál es la salvación? La inocencia (del conserje-payaso) y el amor (del conserje con la hija del carnicero). Con esta base creo que pueden llegar a mejores conclusiones mis lectores. La recomiendo. 27-06-2017.



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