Cuando la realidad supera la ficción

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Vi “Gruz 200” (Cargo 200, Rusia, 2007), dirigida y escrita por Aleksey Balabanov (esta es la primera película que le veo) y basada en hechos reales (aunque no se aclare cuánto es ficción y cuánto realidad). Dentro del contexto de la decadencia del régimen de la Unión Soviética (1984), que se vislumbra con la guerra de Afganistán y el relajamiento de la disciplina comunista, la hija de un líder del partido comunista local desaparece, un trabajador vietnamita es asesinado y se culpa a un inocente. Ahora bien, la trama es profundamente singular, un espacio de ficción macabra que parte de la realidad (recuérdese que está basada en hechos reales) pero la supera con creces en un relato estrambótico, sanguinolento y macabro del director. Es por ello que la película está a mitad de camino entre la comedia negra y el drama. Los diálogos son tan conscientemente ridículos pero a la vez tan serios, y la sucesión de escenas tan escabrosas como irritantes, que recuerdan, en cierto sentido, varias tomas de Tarantino. En este escenario queda patente la impotencia de las instituciones y la abulia de sus agentes, todo un preludio de lo que pasará pocos años después: el desplome del régimen. Pero el filme no es histórico, en el sentido de que no busca ser un documento de denuncia política (las cosas se presentan incluso de forma llana, sin juicios morales), pero no puede dejarse de ver en el fondo la crisis del sistema que rodea al macabro policía que termina conectando las historias del profesor de ateísmo científico, el joven oportunista, la chica secuestrada, el militar muerto en Afganistán (trasladado a Rusia en un sistema de entrega conocido en clave como “Cargo 200”) y el fabricante de vodka culpado del asesinato de su trabajador. Otra ventaja del filme es que si bien transgrede la estructura narrativa a la que estamos acostumbrados logra que la historia transcurra rápidamente, por lo que el tiempo no se siente. ¿Qué más puedo decir? Que si eso fue realidad, la ficción terminaría por envidiarla. Se trata pues de esas películas raras que quedan en la memoria por su capacidad de transgresión, pero, siendo sinceros, hasta ahí. 28-09-2016.


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