Le Monde Diplomatique, No. 145 (versión Colombia), Junio 2015

Le Monde Diplomatique, No. 145 (versión Colombia), Junio 2015

Hoy terminé de leer Le Monde Diplomatique, No. 145 (versión Colombia). Este número es bien interesante pues dedica varios artículos a la reflexión sobre el pensamiento conspirativo (aquel que cree que todo hecho político relevante es fruto de conspiraciones secretas). La conclusión es que sí hay ejercicios manipuladores sobre otros, desde lo más alto hasta lo más bajo, pero que no puede reducirse la complejidad de las relaciones sociales y políticas a una única voluntad que se oculta detrás de los hechos. Por ejemplo: no hay una sola voluntad manipuladora en juego, sino muchas que terminan mutuamente afectándose. Incluso, esta visión simplista de la realidad, de que hay fuerzas ocultas que lo pueden controlar todo, terminan por servir a los intereses de los manipuladores y termina por des-responsabilizar al ciudadano pues siempre creerá que el “otro” es el culpable, lo que evitará que se vea a sí mismo como un sujeto político (ver, por ejemplo, “Una mal enraizado que lo explica todo: el éxito de los rumores en el mundo árabe” de Akram Belkaïd). Otro artículo que me llamó mucho la atención es “Una región sumida en la violencia: Los motivos del crimen en América Latina y el Caribe” de Carlos Santiso y Nathalie Alvarado, donde exponen con gran claridad el tema de la inseguridad (esencialmente urbana) que padece América Latina y algunas experiencias exitosas para combatirla, en especial la de Ecuador basada, entre otras cosas, en una policía de proximidad (esto es, una muy cercana a la comunidad), mejor salario para los policías y “botones de pánico” (alarmas públicas en lugares estratégicos). También resalto el artículo “El libre comercio y sus promesas” de Lori M. Wallach que, con datos en mano, pone en entredicho ese discurso mítico de que el libremercado en su máxima expresión sirve a los países: sirve para aumentar la riqueza (de pocos), pero es terrible al momento de distribuirla, salvo las pérdidas que sí las pagan todos (por ejemplo, el costo ambiental o las pérdidas del sistema financiero cuando hay crisis; sobre esto último ver el artículo “El golpe de Estado silencioso: un arsenal de presiones sobre Grecia” de Stelios Kouloglou, que expone la tensión entre bancos y democracia). Esto me ratifica en mis reflexiones sobre un desarrollismo controlado (cuyo reto es contar con gobernantes idóneos y un Estado decente), dentro de un capitalismo moderado (donde la generación de riqueza está a la par de su distribución en bienes socio-culturales). Igualmente, es importante “La nueva geopolítica del petróleo: Arabia Saudita impone el precio” de Ignacio Ramonet que explica por qué los precios tan bajos del petróleo: sintetizando, especialmente Arabia Saudita determinó la caída de los precios del petróleo para impedir las extracciones basadas en tecnologías costosas (como el fracking) que permitiría que USA se alejase del Medio Oriente. Importante, para mis investigaciones de tolerancia religiosa, el texto “La religión, entre liberalismo e integrismo” de Gilbert Achcar, que analiza la evolución del cristianismo, de un lado, y del islamismo, del otro, en relación con los partidos políticos progresistas. Lo interesante es ver cómo en el Medioevo la cultura musulmana era la meca del progresismo, y en la actualidad esa alianza entre progresismo social con religión se ve fundamentalmente en sectores de la Iglesia católica latinoamericana. Finalizo sugiriendo el artículo de Bertrand Badie “La ONU o las ambigüedades del poder”, en especial para quienes trabajan tópicos de derecho internacional, que bien explica por qué la ONU quedó rezagada desde el momento mismo de su creación (por el derecho al veto de las superpotencias).

Definitivamente, la capacidad de observar al mundo pasa, entre varias cosas, por tener acceso a buena información (reflexionada y fundada en datos) que la prensa independiente, el periodismo investigativo, puede ofrecer. Que diferente es ver el mundo tras medios como éste (Le Monde) si lo comparamos con el mundo que nos ofrecen los noticieros de las cadenas comerciales, bien retratados en su funcionamiento por la película “La dictadura perfecta” de Luis Estrada, 2014).

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