Buena producción pero en cuanto su narración deja mucho que desear

Vi “Libertador” (Venezuela-España, 2013) dirigida por Alberto Arvelo Mendoza, con guión de Timothy J. Sexton y música del maestro Gustavo Dudamel. Antes que nada, este filme me puso a pensar en mi labor como crítico de cine, para los amigos que me quieren más de la cuenta, o de reseñador de cintas, como lo llamo yo. Toda reseña tiene un componente subjetivo, pero el reto se trata de permitirle a la obra que se defienda a sí misma, para lo cual el reseñador usa, entre otras herramientas, una que es importante para la labor: la comparación. De esta manera, entre más cine se vea, el ojo se vuelve más crítico en tanto hay mayores alternativas de comparación con lo que se está viendo. Es parecido a lo que sucede con el vino. Y comparando, podría decirse que el filme es bueno. No obstante, lo que me sucedió con esta película fue otra cosa. Resulta que la cinta (que intenta narrar la vida de Simón Bolívar a partir de una gran producción que se ve reflejada en las grandes escenas, la fotografía, el sonido, etc.) se mete en temas candentes, a mi modo de ver, dado que yo hago, o intento hacer, historia académica y específicamente historia de ese período en concreto. En este sentido, me sentí varias veces ultrajado como investigador pues muchas de las cosas que allí se narran están tergiversadas, amañadas o, simplemente, inventadas. Estuve esperando una nota aclaratoria del director indicando que se trata de una versión libre, estética, de la vida de Bolívar y que por ello, en virtud de la autonomía del arte, no tiene porqué buscar ser historiográfica. Pero creo que pasó justo lo contrario: una ideología política sostiene el filme lo que lo lleva a presentar como realidad cosas que son fruto de la leyenda o de la invención del guionista. Por ejemplo, mostrar a Santander como un pelele de las leyes, la “batalla” del Puente de Boyacá como la gran hazaña bélica del Libertador, presentar a un reluciente y aguerrido Bolívar asesinado en Barranquilla cuando iba supuestamente a disciplinar a Páez, etc., son aspectos que buscan, creo yo, formar al espectador en una ideología más que en la historia. No sigo con el listado de cosas inexactas (digámoslo así) pues vuelvo a pasar por malos ratos. No obstante, a pesar de esta particularidad subjetiva (que hago historia) el filme bien podría defenderse señalando que es autónoma en la forma como aprehende la realidad, lo que es cierto, pero para ello, para respeto del espectador que tal vez no sepa mayor cosa de dicho período, habría sido un acto responsable dejarle en claro ante qué se está: una narración libre. Eso sí, repito, la producción hace del filme que sea un producto bien logrado. Se nota el dinero que hay detrás. Para finalizar, solo ruego que algún estudiante ingenuo no haga cuentas de la historia de la Independencia y de Bolívar a partir de este filme, como una vez que me sucedió cuando un estudiante, inspirado por “Inglourious Basterds” (2009, Dir. Tarantino), me aseguraba que Hitler murió en un atentado perpetrado por los estadounidenses dentro de un teatro en Francia. 01-09-2015.


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